Refugio

Caminos sinuosos, busco refugio, no hay descanso para el caminante perdido. Las estrellas de mi noche brillan tintineantes en lo alto, en la nada. Agua, la sed que me inunda me ahoga en medio de un vasto desierto. 

Observo aves en lo alto, un sol quemante cierra mis ojos, no hay refugio, ni una sombra de alivio, ni una nube solitaria en los cielos. Respiro la arena que seca mi garganta y en medio de tanto calor... Agua. El mar cual espejismo, imbebible, pero al menos refresca el cuerpo cansado. Agua, refugio del sol, del calor, de las aves, si continúo hallaré vida.

Siento

Te siento poco, te añoro poco, me dueles poco. Te espero menos, te sueño menos, te quiero menos. Entre pasadizos me enredo buscando al olvido para hallarme, para no necesitarte y con la ausencia de mí mismo, de mis cuidados y mi tiempo te dejo. 

Dejar a ese otro después de tanto sentir, ese sentir que se transforma en recuerdo, recuerdo que muere como ha muerto el sentimiento. Si observo hacia atrás cuánto mar ha transcurrido, las leguas de distancia han borrado todo, esta es la forma en que el tiempo sana cuando corriges en el momento justo tu andar y recoges aquello que fue despreciado para luego seguir tu camino sin más.

Perfume

Un aire fresco, un perfume en la distancia, calma y silencio. Mi tiempo se desvanece, ya no anhelo placeres ya no sueño con bosques frondosos ni tesoros por hallar. Simplemente respiro, sigo, mientras lo que me queda de vida transcurre sin poner mucho empeño. El valor de todas las cosas se ha perdido. 

Y sin embargo, estos aromas mantienen en alerta mis sentidos, lejanos como un recuerdo echado al olvido, un dulzor como a frutas, a veces salado como brisa marina o añoso como hojas que caen en otoño, algo me espera más allá, sin buscarle lo encontraré, me guiaré entre las sombras de esta noche perpetua cerrando los ojos para saborear el destino aún no escrito.

Grises

Un cielo cubierto de grises nubes, deja caer, cada tanto, copiosas lluvias sobre el terreno florido. Arrasadas se marchitan y florecen en el campo de tierra fértil, innumerables semillas contenidas se dan paso para mostrar sus bellos pétalos. Mi jardín espera el sol sin dejar de reverdecer. 

Climas adversos le azotan, inundan las tierras, el barro las cubre como un renacer incesante, pero las semillas no se rinden bajo esta capa lodosa, emergen y se muestran al cielo esperando que las nubes finalmente se abran y el sol las mire, las reconozca, las llene de su luz secando el lodo y haciendo relucir aquel jardín que se encuentra en el olvido.

Entrada

La entrada a mi jardín es una ancha puerta, madera robusta y acero, sin una gota de pintura, desgastada, poco agraciada. Fuerte se asienta entre los muros gruesos, nobles, no muy altos, bloques de cemento desnudos. Tosco y descuidado portal, nadie podría imaginar siquiera la belleza que resguarda. 

Jardín amurallado, roto por el tiempo, por las décadas, por la lluvia, por las enredaderas que aprovechan las grietas para abrirse paso. Nunca volverá a tener su esplendor de antaño, su vigor, su magnificencia, ese blanco puro y liso que brillaba y se imponía en sus muros, el toque plateado de detalles hermosos, las gemas verdes que decoraban la puerta no están más y sin embargo, resiste las eras y lo que guarda en su interior se mantiene a salvo.

Oscuridad

De oscuridad, de frío y de tormento hablo enredándome en palabras simples y dispersas, repetidas en mi mente, constantes, frágiles, torpes. Mi mundo se refleja en un pozo profundo y abismal, del cual solo puedes admirar la quieta superficie. 

Denso y viscoso, con olores peculiares, una noche sin estrellas, sumergido por completo sin poder escapar en apariencia, la respiración es débil y el corazón late con dificultad. De este pozo que nos rodea, que nos entristece y nos duerme, nos conforma y nos resigna, debemos huir.

Angosto

Recorro pasajes angostos en medio de una noche perpetua, ásperas paredes rozo tratando de guiarme en la penumbra. Presiento una calidez lejana, un corazón latente, el sol tras la montaña. ¿Serás tú mi amanecer? ¿Arrancarás de mí la noche con tu aliento? O acaso no es más que otra ilusión de mi mente soñadora.

La luz silenciosa me esperaba con la misma ansia, con la misma intensidad, en esta mi búsqueda de paisajes desolados, de recorridos fatigantes, de climas adversos, ella siempre estuvo aquí, mis ojos no pueden verla ni podrán, este cascarón endeble y remedo de lo que un día fue me lo impide, pero hoy la conozco y me reconozco en ella. No, no eres una ilusión.

Espuma

Sigiloso andar, la espuma moja mis pies, las aguas cálidas los lavan quitando los pesares que cargo. Arena de desierto veo cerros que brotan, tras la lluvia florecen las semillas olvidadas por el tiempo. Cielo ininterrumpido cian puro, el sol que trae la muerte nos obsequia la vida.

Una playa infinita, horizonte azul lleno de vida, en lo alto la cúpula rota, al otro extremo el horizonte verde, cuánto llevamos caminando por esta línea invisible sin mirar realmente hacia donde vamos, quién es este cuerpo roto que arrastra cadenas, mirando atrás el espejismo difuso de mentiras y hacia adelante una fantasía de futuro que jamás será.

Triste

Y sí, triste. Y sí, solo. Y no, no me detendrás. Esclavo soy del mundo, respiro obligado, malherido y roto avanzo. Paciente he sido en este ya largo andar, nada ha cambiado, pero la arena dorada de mi reloj aún no se acaba. Permanezco y no pertenezco, vivo mientras derramo sentimientos, caído mil veces aún no he muerto.

Tanto llanto, tanto estremecimiento, un trecho tan amplio hasta este punto. Triste, ya no más. Solo, al olvido. Aun no termino, aun no terminas conmigo. En la insistencia el gozo de encontrar el camino tras una lucha intensa, me construyo a mi mismo a partir de ahora.

Débil

Débil es ahora el latir de mi corazón, lento intenta recobrar su fuerza. He dejado de remar y las aguas me llevan entre sus remolinos, sin control giro en una dirección en otra, avanzo y retrocedo sin saber a dónde voy. En mi soledad vuelvo a descansar mientras todo pierde sentido. Cuando todo me abandona me abandono a mí mismo.

El vaivén confunde, las olas no encuentran su calma, el flujo del agua es aleatorio, impredecible, vivir se convierte en un andar nauseabundo, rendirse parece la única opción, pero al abandonarnos perdemos mucho más de lo que creemos. Una maquinaría oculta es la que agita tus aguas, tormentas y azotes, confusión, inquietudes, miedos. El engaño al descubierto lo calma todo, es momento de tomar el remo y continuar.

Ruido

Ruido que tortura, nadie más se inmuta ante ellos, cotidianos nadie puede detenerlos ni aun cuando sangren tus oídos. El silencio es un placer poco deseado, no conocen su miel ni toda su paz. Como quisiera tener un interruptor para oír solo los cantares dulces y apagarlo cuando hablen tonterías. 

Las masas y sus quejas, las masas y su andar ignorante entre seres burlones que se aprovechan de cada lágrima a lo largo de tu vida. Ruido de maquinarías obrando en nuestras mentes, taladrando pensamientos, fortificando necesidades inútiles, construyendo muros que nos aislen de los otros, haciéndonos creer que es nuestra voluntad, que es normal, basta de absurdos, silencio demando.

Colores

Los colores se disfrazan de grises, es larga la espera del amanecer, en secreto aguardo silencioso. Me rindo una y otra vez, lloro y me lamento, avanzo sin rumbo entre quejosos balbuceos. La canción triste no deja de sonar en mis noches y la oscuridad cada día me parece más mia.

Es en la noche donde todo se vuelve del mismo color, todo en penumbras carece de vida, la soledad es fría, te acoge como un falso abrazo cálido, te duermes para ya no sentir, pero es una trampa. Dicen que la luz requiere de la oscuridad para brillar, pero mienten, la luz no necesita de nada y su poder transforma la noche en día, los grises en colores, el frío en calidez, llenando cada rincón, que no te engañen, la oscuridad te exclaviza sometiéndote a su voluntad y la luz te hace libre.

Cafés

Cafés de amaneceres quiero ver al despertar, ese brillo de galaxias infinitas, un suspiro de viento calmo y tus buenos días. Tanto en la insignificancia de nuestra existencia, tanto cuidado, tanto tiempo perdido, vacío, cubierto de sombras y sueños rotos. En este nuestro pequeño tiempo la eternidad es mía cuando te tengo.

Tonos hermosos cuando sale el sol y cuando se esconde, son tus colores los que alegran mis días y no hay oscuridad que logre esconder tu luz, brillante y cálida, ingenua y sanadora, calma e intensa. Tras décadas y tiempos es este mundo de falsedad y ruina solo ese pequeño destello en el café de tus ojos me recuerda que un instante puede ser perfecto.

Pesares

Pesares cargas en tus hombros agrietados, tu flor favorita sostienes con delicadeza, el frío te asola y tus pies desnudos no paran de caminar entre el ruido, bajo el sol, bajo la lluvia, bajo la nieve. Pétalos esparces con profundo amor, interminables entre tus dedos dejas que el viento los lleve.

Hasta que el viento te quita de las manos aquella flor y vuelves a mirar a tu alrededor, el paisaje infinito que te envuelve es una bruma ligera, no recuerdas cuanto tiempo llevas dormida mas la hora de despertar ha llegado, la carga cae tras de ti en cada paso y respiras por primera vez profundo sintiendo el aire fresco entrar a tu cuerpo como nunca antes.

Roca

Si la necesidad no te distrajera habría un mundo lleno de sueños por realizar, si no hubiera dolor que te paralizara el corazón nada podría detenerte, sin paz en tu vida es imposible apreciar la belleza de todas las cosas. Aunque haya necesidad, sueña; aunque te duela, no pares; aun en la peor tormenta observa la belleza de la roca inamovible, imperturbable y sus colores.

Es normal sentirse solo, triste, agobiado, desvalido, en medio de la locura que es este mundo son las emociones del día a día, lo que no es normal es regocijarte en ellos, quedarse atrapado en un vivir lastimero, negarse a si mismo, perpetuar la oscuridad dentro de nosotros hacerla parte de nuestro ser, olvidar entre sufrimientos y pérdidas quienes somos. En momentos de desolación avanza, porque quedarse allí es perderse a sí mismo y tu mismo es lo único que tienes.

Quietud

Quietud en el horizonte de figuras sombrías, no hay tormenta que surcar, los pasos gráciles se deslizan por el témpano llano. La espera eterna del sol, del amanecer brioso me congela los dedos y paraliza mis pensamientos. El verde sueño, las flores y su aroma, lejanos no son más que recuerdos.

El desierto frío, sus montañas blancas en la lejanía, la infertilidad de una tierra vacía, fantasmas y cascarones huecos la habitan, en medio de ellos mi alma recuerda vagamente los tiempos en que gozábamos de la calidez, de ese cielo amplio cian y las frutas frescas que saciaban nuestra sed.

Camino

Vas por el camino ciego y herido, no duermen tus pensamientos. Las piedras te rompen poco a poco, el castigo es un dolor constante y leve. En tus pasos has de dejar huellas de sangre, pero no serás recordado, la tierra se alimenta de ti gota a gota. Deja que crezcan las flores, los árboles, no permitas que se sequen en tu andar, da vida mientras mueres hasta el día en que caigas. De tu cuerpo nacerá otro hombre que caminará el sendero de la vida.

Porque en este andar los recuerdos son hojas que al caer el tiempo las transforma en polvo, nada queda de ti al final de tu vida, un tronco seco desprovisto de todo lo que creyó ser, sus hojas, su fruto, la salvia que le recorría internamente, mas todo ello es material y el tiempo se encargará de reciclarlo. Seremos el abono de esta tierra, seremos el árbol seco que da refugio, pero nuestro yo verdadero dejará la piel para tomar otra piel y comenzar de nuevo.

Luna

En noches como esta no hay luna que ilumine ni estrellas que contar, solo una vastedad negra, un abrazo frío, una incertidumbre, un beso imaginario. La noche oculta todo con su manto y me resguarda del dolor, tristeza tengo pero no lloro, descanso inmóvil en espera del sol, de la luz, de tu calor.

Oscuridad como una nube que no pasa, mas tu sabes que detrás de ella hay galaxias enteras, tantas estrellas como nuestro sol, tanta vida desconocida, tantos kilómetros en la lejanía como kilómetros hacia el interior de tu propia oscuridad, allí esta escondida tu luna.

Silencio

Noches de silencio, duermo entre pensamientos inquietos, tu mirada me acoge y siento la tristeza de la realidad. Sueño cálidos abrazos y una brisa suave, bordes de precipicios y un despertar súbito. En mis ensoñaciones te pienso, te anhelo y te olvido para abrir los ojos despacio, agotado y herido en el frío de la soledad.

Una mirada atrapante, te recuerdo de otros tiempos, de otros mundos, tal vez de nada, tal vez solo eres otro engaño de este mundo y sin embargo estas ahí cuando cierro mis ojos y me rindo al sueño profundo, por más que desee arrebatarte de mí sigues consolándome con dulces palabras, acompañándome, mientras espero verte al despertar.

Chispa

Es la chispa de vida y la quietud de lo inerte. Un sol radiante que quema, una luz que se extingue y enciende a voluntad. Nos trae la paz y el desconcierto, sin conocerle sabemos de su existencia, nos abriga mientras sollozamos atendiendo nuestras súplicas. Es invisible estando a la vista e incomprensible ante nuestras limitaciones. Sin importar si crees o no jamás ha de apartar la vista de ti.

La herencia de los creadores, el motivo de nuestra estadía temporal y arbitraria en un mundo construido para conservar las aguas turbias, el cielo enrarecido y la tierra infértil. Luz preciada, regalo divino, poder encerrado en cuerpos ignorantes, jamás ha de lograrse el despertar, porque entonces sería una explosión de luz tan enorme que erradicaría todo rastro de oscuridad a cientos de miles de kilómetros a la redonda.