Mostrando las entradas con la etiqueta Amazona de Leo. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Amazona de Leo. Mostrar todas las entradas

noviembre 13, 2015

Historias de una leona (2)

Regreso a las montañas

Instalada en su templo la nueva amazona del Santuario contemplaba el lugar con admiración desde su casa la vista era una maravilla, siempre en tierra llana no habia podido apreciar la magnificencia del gran reino. Solo unos pocos dias tras su investidura ya se sentia parte de todo y con seguridad esperaba el momento en que serviria al Santuario, por ahora no habia ordenes sobre como proceder asi que se dispuso a relajarse. Desde su llegada no hizo mas que concentrarse en su objetivo y aunque habian pasado unos años le parecia que era poco tiempo, finalmente podia despejar su mente de tanto entrenamiento, pero esto solo le hizo recordar que tenia algo pendiente.

Habia dejado su hogar para estudiar en una buena escuela de la ciudad pero nunca regreso alli, ahora que su destino era claro tenia ya que volver a la montaña y tratar de explicarle a su familia a que se dedicaba ahora. Sin embargo, era algo demasiado dificil de dar a conocer, seguramente no lo comprenderian, ni siquiera sabia si tenia permitido decirlo fuera del reino. La cabeza de Sekiam daba vueltas mientras permanecia apoyada en uno de los pilares de la entrada en Leo.

- ¿Que tanto le aqueja, señorita de Leo?- aparecio un joven unos metros adelante en las escalinatas
- Nada -respondio ella seriamente

Y claro con la mascara dorada en su rostro no se podia imaginar ninguna expresión diferente. Ayden habia subido con otra intencion, pero al ver que algo perturbaba a la amazona se arriesgo a preguntarle y ante la negativa de ella insistio.

- Sekiam, no puedes seguir considerandome tu enemigo... superalo

- Que tonterias dices, tu superalo, di de una vez a que has venido ¿Acaso algun mensaje importante?
-Todo sereno en el Santuario, la reconstrucción avanza rapido, podrias dar una mano en ello si no tienes otros asuntos...
- Pues creo que si los tengo...- dijo ella con un suspiro tenia que resolver eso de alguna manera para quedarse en paz como amazona.
-¿Tienes pensado un viaje?- se acerco mas el joven que vestia ropas comunes
- Si, es inevitable, pero debo resolverlo antes de continuar con esto
- Asi que a la amazona de Leo le persigue su pasado- rio Ayden

Esperaba que ella reaccionara con molestia, pero no dijo nada solo dejo de apoyarse en el pilar y comenzo a bajar las escalinatas.

- No creo que me extrañen, no tardare mucho...
- Voy contigo- se apresuro a decir el muchacho pero ella volteo y con solo su postura le indico que no era buena idea.
- Deberias meterte en tus propios asuntos...

Y asi siguio la amazona quien bajo por las casas de sus compañeros aquella tarde soleada para luego tomar rumbo hacia su pueblo, podria haber ido muy velozmente, pero se lo tomo con calma, aun tenia algo de dinero entre sus pertenencias ademas de ropa comun con la que se vistio, dejo su armadura en la caja y aunque tenia pensado llevarla para explicar el asunto en ultimo momento lo reflexiono prefiriendo dejarla ya que decidio que no diria que era un caballero.

Mientras abordaba el tren siguio pensando en cual seria el plan, trataba de recordar que era lo que tuvo pensado en esa epoca pues bruscamente lo habia dejado, sus estudios estaban incompletos, al parecer le gustaba la cocina y quiza la idea era tener su propio restaurant, no estaba segura si eso pensaba años atras o era lo que pensaba ahora, todo estaba mezclado, el pasado se veia difuso para la joven, cierta pereza mental le negaba volver a aquellos tiempos.
Un subito pensamiento le llevo a Ayden, si este era huerfano no tendria problemas como ella en este momento, ya tendria todo resuelto y no habria a quien darle explicaciones, su pasado tormentoso o no habria sido ya enterrado, pero ¿acaso él era huerfano? si no lo conocia, no sabia nada de él, estaba afirmando cosas que no sabia realmente, pronto dejo aquella confusión atras al tener que cambiar de tren para varias horas mas tarde llegar a la gran ciudad cerca de su pueblo.

El departamento lucia igual como lo dejo solo que con una considerable capa de polvo, en otros tiempos pertenecio a una tia, era muy pequeño y no tenia uso para su dueña por lo que se lo dio a Sekiam. Una pequeña habitacion central donde estaba su cama junto a la ventana, una mesa con solo una silla, cuarto de baño y un cuarto como cocina era todo el lugar, aun tenia tiempo para inventar algo.

Aunque ya era de noche cuando llego no podia instalarse sin dejarlo habitable asi que puso manos a la obra, esto le ayudo a pensar mejor su movimiento iria a su casa unos dias mas tarde y no inmediatamente, Al venir el dia todo estaba listo y se acosto en la comoda cama, los recuerdos empezaron a aflorar en el lugar, la vida de su familia era muy sencilla, se suponia que encontraria un trabajo para mejorar esa situacion, pero como caballero no recibia ningun tipo de salario, aunque quiza pudiera tener alguna labor que le diera dinero. Tanto pensar se quedo dormida sobre la cama, estaba cansada por el viaje.

Un paseo por la ciudad le ayudaria mas de lo que ella imaginaba, tratando de aclarar su mente dio algunas vueltas por el centro, todo se veia distinto aunque estaba igual que siempre, en pocos años habia madurado y tenia mas confianza que en otros tiempos solo esto hacia una gran diferencia en su percepcion de lo que le rodeaba, se dio cuenta que ya no tenia prisa, que no habia temor tras doblar una esquina ni añoranza de la tierra en que nacio, estaba totalmente desapegada de todo.

Miraba las vitrinas y aunque habia cosas muy bonitas no le interesaba nada, se recordo a si misma mirando esas mismas vitrinas y cuanto deseaba poder llevarle un regalo a su pequeña hermana, pero ahora ese sentimiento ya no existia, algo no estaba bien. Inesperadamente en el reflejo del vidrio vio un rostro conocido que compraba algo en un puesto de la calle justo tras ella, esta vez si se molesto, no podia ser que él estuviera alli por casualidad, asi que emprendio su retirada del lugar.

- Que casualidad que nos encontraramos - dijo el joven Ayden quien la habia seguido hasta la ciudad con sigilo
- No es casualidad y lo sabes...- Ella permanecio dandole la espalda pues estaba sin su mascara
- Estamos de "civiles" no hay necesidad de darme la espalda, ademas yo...
- Tienes razon, no deberia exponerme de esta manera... todo este viaje se resume a esto, simplemente no pertenesco mas a este sitio, mi lugar es ahora el Santuario, mi armadura y mi mascara... Gracias, haz completado el puzzle que tenia en mi cabeza...

Hablo esto con cierta tristeza, al final Ayden le habia recordado que ya no era esa chica que dejo su casa, su destino era otro, a pesar de los sentimientos debia dejar las cosas asi y no volver nunca mas al pasado que no tenia nada que ver con ella. No alcanzo a dar un paso la amazona cuando el joven la detuvo al tomarle del brazo.

- Si me cuentas el problema quiza pueda ayudarte...

- ¡¿Y por que no te metes en tus asuntos?!- dijo ella con evidente molestia
-¡Por que ya no tengo asuntos!... Ya no pude ser un caballero ni tengo familia ni lugar al cual regresar... Pero lo buscare, tendre que hacer mi vida como cualquier otro... Al menos dejame ayudarte antes de irme definitivamente.
-¿Ayudar a quien te quito el lugar que querias?- silencio al joven un momento
- No me quitaste nada, lo ganaste y no guardo rencor por eso, eran las reglas...- y ahora Sekiam quedaba en silencio.
- Es mejor que me vaya...- dijo al fin ella y camino sin prisa en la dirección que tenia.

A pesar de no ser un encuentro casual esto le hizo reflexionar, quiza lo mejor era irse, volver al Santuario y olvidar toda su vida anterior, le habria gustado ver a su pequeña hermana, estaba muy cerca, pero no tenia como explicar el asunto, esa ya no era su vida. Estando ya en su departamento busco en su bolso el unico objeto que le recordaria lo que ahora era, su mascara dorada.

Sentandose en la unica silla al borde de la ventana se coloco la mascara y miro hacia la gran ciudad, mas alla a lo lejos casi podia verse las montañas, el bosque frondoso, solo una distancia minima habia entre ella y su familia, si ya no podia volver a ser lo de antes ni cumplir con sus objetivos al menos deberia despedirse de Ina, quiza hacerle llegar una nota. Corrio la silla hacia la mesa y busco lapiz y papel, la ventana entreabierta dejaba pasar un viento frio que mecia la cortina blanca.

Se sintio satisfecha con el primer intento, era breve pero expresaba todo lo que sentia, ignoraba por completo que pensaba su familia de ella, que quiza habia muerto, quiza se habia olvidado de ellos, no podia saberlo. Entonces mientras examinaba su nota una voz se oyo por la ventana.

- Yo podria entregar esa nota, solo debes decirme a quien...

- Ayden... ¿No te rindes verdad?- esta vez se lo tomo con mas ligereza la joven
- Soy un... era un caballero de Athena, estoy programado para no rendirme- dijo con falso orgullo
- Lo siento, pero debo hacerlo yo misma

Se levanto de la silla y cerro la ventana por donde se asomaba Ayden, era el ultimo piso del edificio y tenia un pequeño balcon tras la ventana donde poner macetas. Ya habia decidido que iria al pueblo en la mañana, ahora era tarde y debia dormir. A media noche el ruido de la lluvia le entreabrio los ojos, por la ventana se veia caer copiosa la lluvia, de pronto recordo al joven, pero no podia ser que aun estuviera alli afuera. Tenia que asegurarse y se levanto en pijamas para mirar por la ventana no sin antes ponerse su mascara, la abrio y su sorpresa fue enorme.

- ¿Es en serio?- dijo al ver a Ayden empapado acurrucado en el espacio del balcon- Oye no puedes quedarte ahi- lo movio un poco pues parecia profundamente dormido
- Ya te dije que no tengo donde ir- se quedo quieto en el mismo lugar y posicion
- Cielos, entra, no puedes estar afuera con esta lluvia- ella lo tironeo hacia la ventana y con pesadez el joven cayo dentro de la habitacion, Sekiam cerro la ventana y se apresuro a traerle una toalla- Como eres de bruto...

A él parecia no importarle la lluvia ni el frio aunque acepto la toalla solo se seco un poco pues queria seguir durmiendo, estaba muy comodo en el suelo alfombrado junto a la ventana. Mas tranquila la amazona volvio a su cama, se sento y lo miro un rato, luego se acosto y durmio con facilidad, debia partir temprano. Cuando el joven desperto a la mañana siguiente ella ya no estaba, un delicioso y oloroso desayuno le esperaba en la pequeña mesa, Sekiam habia ido a su casa.

Cruzando el poblado varios kilometros mas al interior del bosque estaba la cabaña de su niñez, con sigilo observo el sitio esperando ver a su hermana, era muy temprano, mas o menos la hora que ella partia de su casa a la escuela, no habia fallado pues vio que salian su madre y hermana de la casa. Se despidieron en la puerta y la pequeña Ina emprendio su recorrido por el sendero por lo que Sekiam la siguio hasta encontrar el lugar apropiado.

Pronto Sekiam tuvo su oportunidad una piedra en el zapato de la niña detuvo su caminata y mientras estaba distraida tratando de quitarla la amazona se puso frente a ella llamandola por su nombre, la joven vestia ropa comun que usaba en otro tiempo por lo que esperaba que su hermana la reconociera a pesar de los años y su corta edad. La pequeña primero la miro un largo rato como asegurandose que no era un sueño y pero luego se lanzo a los brazos de su hermana mayor muy feliz de verla.

- Ina, lo siento tanto... dime ¿acaso he llegado muy tarde?
- Dijeron que no volverias- sollozo ella
- Oh Ina, estoy bien, aqui estoy... ¿y ustedes?¿hay algo que deba saber?- estaba preocupada Sekiam
- No lo se, no se me ocurre nada...
- Bien, ¿entonces papa y mama estan bien?
- Si, papa trabaja en el campo y mama me cuida... y a los animales... y a Susu
- Je, Je ¿quien es Susu? - pregunto la amazona con una sonrisa
- Mi perrita, es pequeña, tiene mucho pelo...

La dorada de Leo estaba conmovida por su encuentro con Ina, solo tenia unos 8 años y ambas hablaron largo rato luego que Sekiam quitara la piedra del zapato de su hermana y volvieran a emprender rumbo a la escuela, asi se entero por que Ina iba sola a la escuela siendo tan pequeña, el problema en las rodillas de su mama habia empeorado y ya no podia hacer largos viajes, no tenian parientes en la zona que pudieran ayudales asi que la pequeña emprendia en solitario el recorrido.

Una gran culpa cayo sobre la caballero en ese momento, habia dejado no solo sus planes sino que tambien su responsabilidad con los suyos. pero ahora no podia volver atras, al parecer tanto tiempo sin dar señales habian hecho pensar a la familia que ella estaba desaparecida, entre sus ropas la nota que habia escrito aun estaba guardada, ya no sabia si lo puesto alli era suficiente o sirviera de algo, no sabia que hacer, pero su orgullo le impedia dar la cara a sus padres, simplemente no podia decirles en lo que se habia convertido.

Tras llegar a la escuela puso en el bolso de Ina aquella nota para que supieran que lo que la pequeña les contara era cierto, solo una cosa podia hacer ahora, aun siendo un caballero tendria que buscar algun empleo en las cercanias del Santuario aprovechando la temporada pacifica y asi poder cumplir con enviar algo de dinero a su familia, no podia renunciar a su puesto de caballero, pero tampoco podia desentenderse de su gente como si no existieran, haria el esfuerzo en cumplir ambas tareas.

- Debes cuidarte mucho, pequeña Ina, volvere a visitarte ¿esta bien?, no puedo asegurarte cuando, pero nos veremos de nuevo, no olvides a tu hermana mayor - la abrazo muy fuerte- Recuerda decirselo a nuestros padres, entregales esta nota, no explica mucho, pero ellos entenderan que estoy bien y diles tambien que hare todo lo posible por enviarles algo de ayuda ¿si?

Se despidieron y aunque Ina se resistio en separarse de ella la convencio para que se fuera a su clase, Sekiam tampoco queria dejarla muchas emociones la invadian, sin embargo cuando se perdio de su vista volvio a ser la amazona decidida, ahora todo estaba claro para la joven, tenia que volver al Santuario pronto solo debia recoger sus pocas pertenencias del departamento y regresar, asi que se dirigio con rapidez a la ciudad. Recordo entonces por el camino a Ayden ¿estaria aun alli?

Entro al departamento y en efecto estaba ahi el joven, muy comodo acostado sobre su cama durmiendo placidamente, Sekiam tomo su mascara que habia dejado sobre la mesa y se la puso mientras buscaba algunas cosas acomodando su bolso para partir sin preocuparse de ser silenciosa. entonces desperto Ayden estirandose muy confianzudamente y este le pregunto como le habia ido en sus asuntos.

- Pues bien, creo que en parte lo he resuelto, al menos ya se que debo hacer...- siguio en lo suyo- ¿Y tu? ¿Ya resolviste que haras de ahora en mas?

Dejo en duda al muchacho, penso por un momento que quiza a Sekiam si le importaba él o al menos tenia curiosidad por saber cual seria su destino. No habia pensado mucho que hacer ni siquiera ese dia cuando subio las casas hasta llegar a Leo cuando pretendia despedirse de la joven dejando todo esto de ser un caballero atras. Asi que miro un poco el sitio, la cama era muy comoda, todo era de un estilo muy simple y agradable, sin duda le parecia un buen lugar para vivir.

- Me gusta tu departamento, es genial, y la ciudad es agradable... podria encontrar un trabajo...
- Que tal si te quedas...- vio Sekiam una oportunidad - No te cobrare muy cara la renta aunque tampoco esperes que sea gratis...

Ayden se quedo impavido con la propuesta de la caballero, podria estar siendo sarcastica o le estaria jugando una broma, no podia saberlo, ni como leerlo en su rostro asi que le pregunto directamente si ella estaba hablando seriamente y siguiendo en preparar su bolso respondio que si.
- ¿En serio?... Vaya, me impresionas, seria increible, me ayudarias mucho de verdad, en verdad te lo agradeceria mucho- enrojecio de pronto el muchacho
- Y tu me ayudarias a mi, ten - le dio ella la llave del departamento - Pienso en poco tiempo volver asi que cuando regrese acordaremos el monto, por lo pronto deberias buscarte un empleo...
- Si... si, eso hare, gracias - estaba muy feliz Ayden

Sekiam le sonrio aunque él no pudo notarlo, ya estaba lista asi que puso en su hombro el bolso y se despidio del joven ex-aspirante a caballero y partio de vuelta al Santuario. Su viaje nuevamente en tren le permitio acomodar mejor todo lo que habia vivido estos dias y asi se sintio mucho mejor al llegar a su destino, tras un descanso se dirigio al pueblo cercano busco por alli si habia alguna vacante y tuvo algo de suerte, un cupo de ayudante de cocina se le presento y lo tomo de inmediato, sus habilidades culinarias afloraron con la practica y no paso mucho tiempo en que disponia de dinero para depositar a su familia, mas tarde volveria a la ciudad para encontrarse con Ayden, pero esa es otra historia.

Historias de una leona (1)

Convirtiéndose en dorado

Dejo todo lo que tenia por la intervencion de un curioso personaje que de la noche a la mañana aparecio en su vida cambiando el rumbo de la misma. Su futuro era claro, terminar sus estudios para conseguir un trabajo en la gran ciudad, asi podria ayudar a su familia que vivia en una zona rural con lo justo y necesario, una vida que ella queria mejorar para despues en su vejez regresar a ese bosque y descansar de una vida de trabajo y satisfacciones. Sin embargo la aparicion de Hecate hizo que Sekiam emprendiera un viaje rumbo a Grecia donde seria entrenada bajo el rigor de un maestro para convertirse en una amazona del Santuario.

Soria era el nombre de quien se encargaria de aleccionar a la inexperta jovencita, quien con 15 años era mayor que los otros 2 nuevos discipulos de la amazona, ella pues de inmediato la miro sin animo y con indiferencia le indico que la siguiera tras la escueta presentacion que la misma Hecate habia propociado aquel dia en que todo cambiaria definitivamente. Asi Sekiam comenzaba lo que seria una ardua transformacion de persona comun y corriente a un conocedor del cosmos.

La primera etapa era exclusivamente fisica, muy temprano apenas antes que saliera el sol los discipulos debian practicar extenuantes jornadas de actividades que ponian a pueba su cuerpo intensamente. La instructora vestida con una armadura basica y una extraña mascara solo daba las instrucciones y los insitaba a seguir por la fuerza cada una de sus practicas sin hablar o exponen ninguna otra cuestion ajena a ello. Aunque Sekiam siendo mayor a los otros muchachos se atrevio un par de veces a preguntarle mas alla del entrenamiento, pero pronto se dio cuenta que todo lo demas era irrelevante, asi que como buena estudiante se dedico de lleno a las nuevas lecciones poniendo su mayor esfuerzo en todo aquello como antaño.

Los compañeros de Sekiam eran muchachos huerfanos por distintas situaciones de la vida, nunca pudo hablar con ellos mucho pues siempre terminaban muy agotados o simplemente no habia ocasion de charlar distendidamente. Gracias a su vida rural Sekiam tenia mejor resistencia que esos pobres muchachos que tras algunos meses lograron huir efectivamente del Santuario. Lo intentaban aquello con mas fuerza que inteligencia y eran descubiertos facilmente por la gente del lugar, no se podia traspasar limites invisibles entre los distintos entrenamientos que se llevaban a cabo por lo que Sekiam junto con estos muchachos solo conocian una pequeña parte del reino.

Al lograr escapar los otros jovenes solo quedo Sekiam, a la instructora parecia no importarle, al parecer pensaba que ella tambien terminaria abandonando en algun momento, pero cada minuto que pasaba alli las ganas de convertirse en un caballero se hacian mas latentes dentro de la joven, asi fue como logro resistir un año completo bajo la tutoria de Soria, por lo que ya era tiempo de volver el entrenamiento mas especifico, llegaba el momento de explorar la cosmoenergia. Ese dia al abrir los ojos no era tan temprano, era extraño que su maestra no le hubiera despertado a la hora de siempre las cosas entre ellas cambiarian un poco en cuanto a su relacion a partir de ese momento.

Siendo de todas maneras una calurosa mañana Sekiam encontro a Soria en la zona de entrenamiento habitual, apoyada en una roca mirando hacia el horizonte, la expresion de su rostro era un misterio tras la brillante mascara metalica. Con respeto y acercandose lentamente Sekiam la saludo y pregunto la razon del cambio de actividades.

- Has superado una etapa que pocos han librado, quiza Hecate acerto esta vez, suele darle oportunidades a jovenes sin el espiritu adecuado... A partir de ahora usaras esto...

La maestra le lanzo a Sekiam una mascara parecida a la de ella, le indico que aquello debia usar desde ahora y mientras fuera una amazona del Santuario ya que esto indicaba su igualdad con los otros guerreros, por lo que la joven obedecio con orgullo al sentir que su maestra finalmente la tomaba en cuenta y esto demostraba que el esfuerzo hasta ahora valia la pena.

Ese dia fue libre para la nueva discipula de Soria, aquella mascara le permitia recorrer otros lugares del reino y le daba algo mas de estatus como discipula legitima de un maestro pues junto con ella le dio un nuevo conjunto de entrenamiento mas elaborado de metal. Pero siendo libre de ir a donde deseara Sekiam decidio practicar como era costumbre disciplinadamente, al dia siguiente empezaria su nuevo entrenamiento, ya Soria le habia adelantado un poco, se trataba del cosmos.

La siguiente etapa de entrenamiento era netamente combate cuerpo a cuerpo, tecnicas nuevas para Sekiam que aumentaron su interes olvidandose por completo de todo lo demas, con practica firme se volvio bastante habil, aprendia mas rapido de lo que Soria creia, ahora las jornadas eran mas cortas pero igualmente intensas, sin embargo le quedaba mas tiempo para ella, aun asi lo usaba para mejorar. Su maestra le habia hablado sobre los rangos de caballeros, bronce, plata y oro, con las habilidades actuales de la amazona podria perfectamente llegar a portar una de bronce, con el despertar de su cosmos lo lograria sin duda, aquellas eran las maximas expectativas, pero Sekiam queria mas.

Paso el tiempo y un dia simplemente no encontro a su maestra, el dia entero recorrio hasta los limites que conocia a la velocidad del sonido sin darse cuenta, al dia siguiente tampoco la vio y asi trascurrio facilmente una semana. Siendo ella muy disciplinada siguio en aquel tiempo su practica rutinaria, ya habia logrado todo lo que Soria le habia indicado, su fuerza cosmica habia hecho explosion hace unos dias atras con ello pensaba que un nuevo nivel de entrenamiento seria llevado a cabo pero Soria continuo como si nada hasta su desaparicion.

Al mes de no tener maestra y sin tener ninguna noticia de ella se resigno a que la habia abandonado, esto no hizo decaer el espiritu de la jven que siguio rigurosamente su practica mejorando mas y mas. Un dia revisando sus anotaciones vio cuando Soria le hablo sobre los caballeros de Oro y el tipo de tecnicas de cada uno, el que mas le llamo la atencion fue Leo el dorado del relampago, una de las armaduras que se decia hasta ese entonces sin un portador, pero ya su maestra le habia advertido que fuertes guerreros se entrenaban para obtenerla.

Desde ese dia el objetivo de Sekiam cambio, haria su propia practica transformando su cosmo para descargar el relampago del leon sobre sus enemigos. Con arduo empeño de dia y de noche concentraba su cosmos para crear electricidad con sus manos y asi atacar los blancos que ella misma ponia, sin embargo no era lo mismo que tener a alguien para probarlo, un objetivo movil. Su maestra le habia abandonado asi que o se retiraba o practicaba por su cuenta, hasta penso que ello era una prueba mas de Soria para que se rindiera y desistiera de ser un caballero.

Un dia Soria volvio como si nada, sin dar explicacion a Sekiam le dijo que se preparara para un combate y que la esperaba en la zona de practica. Esperando luchar con su maestra con nerviosismo hizo su calentamiento habitual y fue al cuadrilatero improvisado de peleas, pero su maestra no estaba sola, lo presento como su mejor discipulo hasta el momento Ayden, candidato a la armadura de leon menor. Sekiam acepto el reto subiendo al cuadrilatero de un salto posicionandose en medio y observando a su rival de su misma edad que parecia muy seguro de si mismo.

- Me fui para darte tiempo de pensar Sekiam, ya te habia enseñado todo lo que necesitabas para este dia, solo dependia de ti si renunciabas o seguias y veo que seguiste, pero hoy se definira si eres digna de portar una armadura de bronce... si logras vencer a Ayden podras convertirte en la candidata para obtener la armadura de leon menor, esta solo la ganaras cuando combatas con un discipulo de otro maestro... Que empiece el encuentro...

Dicho esto el joven guerrero lanzo un puñetazo hacia Sekiam quien lo recibio de lleno en su rostro cayendo al piso de inmediato muy cerca del borde del ring, su mascara se solto terminando en el suelo fuera del cuadrilatero a los pies de Soria quien no hizo ni un movimiento para recogerla, al contrario le dijo que si salia de alli perderia el combate de inmediato. Aquel que era simbolo de ser un igual a su rival masculino estaba en el suelo, si lo recogia perderia su pase a convertise en caballero, pero enfrentaria a Ayden mostrando su rostro y asi lo hizo. Levantandose como si nada pues el golpe mas le dio en el orgullo empuño su mano y mostro su fuerza al golpear rapidamente a su rival sacandolo por completo del cuadrilatero de una vez.

Ayden la miro perplejo desde el suelo hacia lo alto de la lona, el sol tras ella le impidio ver su rostro que ademas estaba cubierto parcialmente por su largo cabello rojizo. Ella le hablo a su maestra diciendole si ya podia dejar el ring a lo cual ella asintio. Bajando Sekiam tomo su mascara cerca de los pies de Soria y le dijo frente a frente que ella no deseaba ser un caballero de bronce. La maestra solto sus brazos anteriormente cruzados y le hizo señal que la siguiera, no muy lejos de alli se encontraba el coliseo del Santuario otro grupo presenciaba una pelea, se disputaba la armadura plateada de aguila segun lo que dijo Soria, esto era un mayor nivel, pero Sekiam habia ganado mucha confianza, era momento de demostrar su lugar en el santuario.

Los participantes estaban ya dispuestos en medio de la arena, en un podio la caja de pandora servia de plataforma a la armadura en cuestion, la maestra les indico que Sekiam tambien participaria por aquella armadura a lo cual los maestros de los participantes se negaron, Soria pedia que el ganador peleara con su alumna, pero la amazona interrumpio diciendo que pelearia contra ambas chicas. Ellas se burlaron pero aceptaron aunque sus maestros no estaban de acuerdo y discutian en el lugar, riendose de ella la invitaron a la arena. Ella se puso en medio y de inmediato una de las alumnas a sus espaldas se avalanzo sobre la joven, en un parpadeo Sekiam se volteo y sostuvo la mano de ella para luego lanzarla lejos estrellandola contra las graderias de piedra.

Viendo esto la segunda hizo estallar su cosmos enviando una poderosa esfera de energia hacia la aspirante la cual ella detuvo con una sola mano haciendola desaparecer por completo, la muchacha no alcanzo a parpaderar cuando se vio rodeada de rayos dorados que destrozaron su armadura basica y su cuerpo fue arrastrado por el suelo varios metros. En un instante ambas estaban inconcientes y gravemente dañadas. Sekiam miro hacia su maestra y con un gesto la invito a entrar en la arena, su maximo deseo era ver si podia derrotarla, pero ella se nego indicandole nuevamente que la siguiera.

Era obvio que la siguiente parada era el lugar donde los aspirantes a caballeros de oro se batian a duelo por una de las armaduras de ese rango, Sin embargo Soria la condujo directo a las doce casas, llegando a los escalones que conducian a la primera de Aries, en ese tiempo habia pocos caballeros de oro que portaban armadura, ya fuera que no tenian guardian o este no se encontraba Sekiam debia cruzar las casas hasta encontrar su destino, pero en ese momento no podia hacerlo, tendria que esperar al anochecer de aquel dia. No sabia por que ni quizo preguntar la emocion la embargaba y con el puño apretado estaba dispuesta a convertirse en caballero de oro por lo que se retiro de alli volviendo a la cabaña a esperar el momento.

Para su sorpresa en la pequeña casa estaba curando su herida el joven con quien peleo en primera instancia, Ayden. El lugar no era mas que dos habitaciones amobladas con lo basico, el cuarto principal tenia un camarote(una cama sobre otra), un mostrador con una cocina, alacenas en los muros, un fregadero y una mesa pequeña con 4 sillas en el centro, la habitacion contigua era de la maestra y se encontraba cerrada todo el tiempo. Este joven la miro un momento al entrar pero luego quito su vista de ella mientras mantenia un paño manchado de sangre en su cara. Le pregunto entonces que tan lejos habia llegado, pero Sekiam no le respondio, solo se recosto en la cama de abajo.

- Pasare la noche aqui hoy... -siguio el muchacho, Sekiam pensaba que tras ella entraria su maestra pero no fue asi.- No sera problema supongo...

A ella no le importaba nada de lo que el chico decia, estaba totalmente distraida pensando como seria recorrer las fabulosas casas de cada signo, la mayoria se encontraba en buen estado por la reconstruccion, tenia algo de temor al pensar en encontrarse con un verdadero caballero dorado, se decia que si dos caballeros de oro combatian la batalla podria durar mil años.

- Sabes lo que pasa cuando un hombre ve el rostro de una caballero femenino...- insistio él un poco apenado, aquello si llamo la atencion de ella.
- Te pegue  tan rapido que no alcanzaste a verme...
- Pero ya en el suelo mire al cuadrilatero y...
- Y sol tras de mi hizo sombra a mi rostro, ademas apenas podias abrir los ojos...
- No lo sabes a ciencia cierta...- termino el muchacho con un tono molesto haciendo rechinar la silla al levantarse y retirandose de la habitacion.

Para Sekiam eso era una niñeria, habia tenido cuidado de no dejarse ver, en un combate solo la muerte podria corregir tal suceso y no queria matarlo por aquella razon, aunque por un segundo su golpe pudo ser aun mas fuerte pero se contuvo en el ultimo momento. Ahora solo importaba esperar el anochecer, tanto pensar y con el sol entrando por la pequeña ventana se quedo dormida profundamente.

Era tarde cuando desperto de pronto, habia recordado su cita con el destino, de inmediato se dirigio hacia las 12 casas en medio de la noche, corrio las que parecian infinitas escaleras hacia la primera casa de Aries, un silencio inquietante mantuvo en alerta a la joven, pero paso la casa sin dificultad, siguio asi hacia la segunda de Tauro, por el camino se preguntaba el hecho de hacer este recorrido nocturno, nadie podria pasar por una casa si esta tenia guardian pues a travez del cosmos seria advertido inmediatamente y detenido pues estaba prohibido estar alli sin ser un dorado.

En lugar de disminuir su presencia cosmica Sekiam la amplio nerviosamente haciendo saber que era fuerte y estaba dispuesta a pelear si era el caso, el sudor corria por su frente mientras transitaba las solidas escalinatas. No tardo en traspasar la casa de Geminis sin ningun contratiempo, pero al llegar a Cancer algo la detuvo subitamente, habia alguien mas cerca de ella, ya con tanto recorrido sus sentidos se habian concentrado tanto en el ambiente que fue capaz de detectar que alguien estaba en la siguiente casa con un cosmos muy llamativo, ¿seria acaso el caballero de Leo?.

Tan rapido como le permitian sus fuerzas Sekiam llego finalmente a los aposentos del leon y entro con precaucion al lugar, su corazon latia a mil en cada paso que daba sabia que alguien entre las sombras la observaba, no tardo en llegar a lo que seria el medio del recinto donde una magnifica armadura de Leo brillaba con intensidad frente a sus ojos, maravillada se acerco feliz de estar en su presencia, pero una voz conocida arruino el momento.

- No sera tan facil como tu crees... no te has deshecho de mi como creias... esta vez sera distinto... - dijo el joven con mirada decidida saliendo detras de un pilar.

- Ayden... como es posible...- estaba sorprendida Sekiam
- Es cierto que soy discipulo de la maestra Soria, pero la armadura a la cual aspiro es la que ves frente a ti, lo otro fue un pretexto para probar tu fuerza, aunque ninguno de los dos esperaba que las cosas resultaran de esta manera...
- En todo este tiempo nunca te vi, ¿tuviste un entrenamiento especial?
- Asi es, tal eran mis aptitudes que la maestra Soria me envio a un viaje de entrenamiento lejos del Santuario, por eso no nos conocimos antes, pero regrese y nuestra maestra me pregunto si podia ayudarle con una de sus aprendices mas recientes.
- Entonces estas aqui para pelear por la armadura... no tengo problemas con eso...
- Esta vez no se te hara tan sencillo - dijo él rodeandose de su gran cosmos que hizo retroceder un paso a Sekiam.

En un destello el puño de Ayden estaba justo en frente el rostro de Sekiam detenido a centimetros por la mano de ella, ambos se enfrascaron en una lucha cuerpo a cuerpo a gran velocidad por alrededor de la armadura que continuaba resplandeciente en medio del salon. Estaban en una lucha muy pareja propinandose golpes uno a otro sin verse ventaja de ninguno, tan arduo fue el encuentro que empezaron a usar tecnicas de cosmos lanzando por su parte esferas electricas el joven hacia ella y Sekiam improvisaba creando un escudo ante ello y asi creando alli mismo tecnicas con su fuerza a raiz de las muy elaboradas tecnicas del rival, era notorio como este habia perfeccionado cada una de ellas mientras que Sekiam tuvo poca practica en comparacion.

- Aun no estas preparada, sera mejor que te busques otra armadura, ¡no podras vencerme!

Un ataque veloz de rayos cortantes creado por el muchacho golpeo con furia a la amazona estrellandola contra un pilar que se rompio de inmediato, él se acerco y noto que ella habia perdido su mascara en el impacto asi que la tomo mientras Sekiam permanecia boca abajo entre los escombros del pilar.

- Aunque tu golpe fue extremadamente veloz te detuviste para no golpearme tan duramente, solo ese instante basto para que viera tu rostro... Levantate Sekiam y retirate...
- Bien, entonces,,, tendre que matarte como dice la regla...- dijo ella encendiendo su cosmos al maximo.

Los fragmentos del pilar comenzaron a flotar alrededor de la amazona mientras se levantaba con algo de dificultad, plantandose en sus pies empuño su mano posicionandola al costado del cuerpo un segundo despues cientos de rayos dorados salieron de su puño tan juntos unos de otros que Ayden no pudo esquivarlos todos, resistio pensando que pronto cesaria el ataque pero este se intensifico y lo estrello contra varios pilares al su cuerpo ser incapaz de contener la potencia de Sekiam.

Habia derrotado al mejor discipulo de su maestra y por fin podia obtener la preciada armadura que queria, con paso lento pero firme llego hasta ella, extendio su mano y la misma cobro vida adhiriendose a su cuerpo y tomando su forma femenina agregando una mascara dorada, todo ya estaba hecho apenas pudo disfrutar ese momento cuando su cuerpo se dejo caer al piso sin mas energia, pero con una sonrisa evidente en su rostro. Desde ese dia todos la reconocerian como Sekiam de Leo.

Sekiam de Leo

 *** Mucho tiempo he pasado de foro en foro roleando mis personajes de Saint Seiya, ahora quiero rescatar las historias que se perdieron en diversos lugares. Esta es mi recopilación de fics ***

Historia inicial como Dorado de Leo en  Legacy of Seiya Mythic Soul

Los frondosos arboles de una pequeña aldea era el unico escenario conocido por Sekiam, una joven que vivia en las faldas de una montaña. Una vida pacifica y comoda tenia ella junto a sus padres, en una cabaña lejos de todo su padre se dedicaba al cultivo en un campo cercano y su madre se preocupaba de las labores del hogar, Sekiam tenia una hermana algunos años menor llamada Ina que siempre jugaba en el jardin de flores sembrado por su madre. Mientras tanto la joven dedicaba su tiempo a los estudios, tenia 12 años y la escuela mas cercana estaba a muchos kilometros de distancia, tenia que levantarse muy temprano y recorrer con esfuerzo mucho trecho, pero no faltaba ni un dia, pues su sueño era vivir en la ciudad y ganar mucho dinero para su familia.

Su madre siempre le aconsejaba bien que debia estudiar para poder mejorar en la vida aunque eso significara alejarse de ellos por largos periodos de tiempo, asi que con entusiasmo Sekiam se esforzaba en obtener las mejores calificaciones, aunque tambien gustaba de actividades al aire libre, recorrer los senderos conocidos no era de su interes por lo que siempre se adentraba en la espesura del bosque para recorrerlo. Su corazon estaba asi dividido, por mas que admirara y adorara la naturaleza que la vio nacer otra parte de ella le decia que ese lugar tendria que dejar para poder cumplir con su sueño.

Sin proponerselo la joven adquirio gran fuerza y un fisico aunque no atletico  bastante resistente lo cual le hacia destacar en actividades fisicas y sus excelentes calificaciones le valieron para entrar en un colegio muy importante de la ciudad, asi que siendo muy joven  empezo a vivir sola alejandose de su familia por la temporada escolar. Este distanciamiento en principio fue complicado, pero con tiempo se acostumbro a la soledad en medio de una ruidosa ciudad. De pocos amigos y siempre estudiosa nunca imagino que su vida daria un giro inesperado donde tendria que dejar a un lado  todo lo que habia creido.

Camino a la escuela un dia claro por la mañana noto la presencia extraña de una persona que no veia, sus ojos la buscaban pero practicamente nadie recorria las calles a esa hora, transcurrieron los dias y la extraña presencia se hacia cada vez mas significativa sintiendola en cada lugar al que iba, pero como nunca vio a alguien en particualr Sekiam temia que tanto concentrarse en sus estudios estaba quebrantando su mente, pronto serian las vacaciones por lo que espera que la presencia desapareciera al estar en su casa de la montaña, el aire limpio y la energia de los arboles le devolverian la cordura que sentia habia perdido. Sin embargo llegando a la cabaña y tras saludar a su familia la presencia se hizo mas evidente al ver esta vez una sombra de baja estatura, no quiso asustar a su parientes asi que guardo silencio y en ningun caso comento lo que le estaba ocurriendo hacia ya un tiempo.

Una agradable ducha le refrescaria la cabeza, siendo un lugar sin las alcantarillas de la ciudad la ducha se encontraba un tanto apartada del resto de la casa donde su madre le preparaba algun plato preferido por Sekiam. Mientras el agua templada le empapaba el cuerpo volvio a sentir la presencia y tras un arbol cercano se asomo la figura de mediana estatura, apenas Sekiam le vio teniendo el balde en su mano lo arrojo con mucha fuerza hacia el intruso dandole de lleno en plena cabeza haciendole salir de su escondite quejandose por la dolorosa intervencion.

- Ahora puedo confirmar tus aptitudes sin duda...- dijo la niña extrañamente vestida- dejare que termines y hablaremos con mas calma por la noche si te parece...

Finalmente la joven conocia a su perseguidora, la energia que emanaba de ella la distinguia de cualquier otra persona que Sekiam conociera. Con decir estas palabras desaparecio rapidamente del sitio dejando a la joven sorprendida por lo ocurrido, hasta dudaba si aquello habia pasado realmente. Termino su ducha al recuperar el balde junto al arbol y siguio el dia con una deliciosa comida y la compañia de su alegre familia.

La noche cayo y dudosa Sekiam salio al amplio patio cerca de la ducha, no sabia si la pequeña volveria a aparecer, pero debia saber de que se trataba, asi no tardo en aparecer Hecate, la bruja de la luna, fue como se presento dejando a la joven mas confundida aun. Pronto siguio con su discurso mientras ella la miraba con mucha atencion, no parecia alguien peligroso solo extraño. Hecate hablo sin pausa sobre multiples acontecimietos que involucraban caballeros y enfrentamientos entre reinos y dioses. La bruja no dejaba de relatar sucesos que para Sekiam no tenian ningun sentido y al final le invito a ser parte de todo aquello.

Mirando con incredulidad a la pequeña bruja Sekiam solo asintio retirandose del lugar rapidamente, pero Hecate tomo la mano de la joven y con rostro sincero le dijo que todo estaria mas claro si emprendia cuanto antes un viaje a Grecia para empezar de inmediato el entrenamiento adecuado para su rango, a esto la joven solo pudo esbozar una sonrisa, aquella desconocida le pedia que olvidara toda su vida y dejara de lado todos sus esfuerzos y sueños por algo que le parecia una historia fantasiosa. Mas tras este encuentro la presencia de Hecate desaparecio totalmente de la vida de Sekiam.

Esto solo inquieto a la estudiante quien poco a poco dejo a un lado sin querer sus estudios tratando de recordar la historia contada por Hecate llegando al punto de obsesionarse con ello, queria volver a verla y hacerle mil preguntas sobre todo eso, pero nunca volvio a sentir su energia cerca de ella. Solo podia hacer una cosa, dirigirse a Grecia de alguna manera, estando en Europa no seria demasiado caro para ella asi que reuniendo algo de dinero hizo caso a la extraña que habia visto hacia ya algun tiempo dejando todo en su camino y decepcioanando a su familia que creia que ella seguia estudiando.

Su estadia en Grecia le abrio la mente hacia el mundo relatado por Hecate al reencontrarse con la bruja de la luna quien con su presencia enseño el camino a seguir, pronto se vio rodeada de una infertil formacion rocosa, el Santuario se hacia llamar, tan seco e inhospito como el mas arido desierto y silencioso. Las 12 casas estaban en ruinas, parecia totalmente abandonado, pero mientras mas se acercaba podia distinguir vagamente la presencia de otros que estremecian a la joven por su nivel de fuerza.

- Tu percepcion es destacable, puedes saber que entre estas rocas sin vida habitan guerreros poderosos en entrenamiento, pero no tienes permitido ir por ahi como tu quieras. Tendras un maestro y le obedeceras siguiendo todas sus instrucciones... esto apenas empieza, el Santuario resurgira contigo y otros que vendran despues, es solo cuestion de tiempo...

Asi fue como aquel dia Soria le fue presentada su nueva alumna, algo mayor al comun de los recien llegados, pero a tiempo para llevar un arduo entrenamiento, Sekiam era ahora su discipulo y aunque la veia con desconfianza pues no esperaba nada de ella asintio a la presentacion y ambas comenzaron los años mas arduos que la joven podria imaginar. Tras años de entrenamiento y lejos de su familia sin dar señales de vida Sekiam fue capaz de sobrevivir al feroz entrenamiento de Soria y ser capaz de ser digna portadora de una armadura dorada, Leo el signo del relampago le fue entregada tras enfrentarse a otro discipulo de su maestra convirtiendose asi en Sekiam de Leo.