Cafés de amaneceres quiero ver al despertar, ese brillo de galaxias infinitas, un suspiro de viento calmo y tus buenos días. Tanto en la insignificancia de nuestra existencia, tanto cuidado, tanto tiempo perdido, vacío, cubierto de sombras y sueños rotos. En este nuestro pequeño tiempo la eternidad es mía cuando te tengo.
Tonos hermosos cuando sale el sol y cuando se esconde, son tus colores los que alegran mis días y no hay oscuridad que logre esconder tu luz, brillante y cálida, ingenua y sanadora, calma e intensa. Tras décadas y tiempos es este mundo de falsedad y ruina solo ese pequeño destello en el café de tus ojos me recuerda que un instante puede ser perfecto.