*** Mucho tiempo he pasado de foro en foro roleando mis personajes de Saint Seiya, ahora quiero rescatar las historias que se perdieron en diversos lugares. Esta es mi recopilacion de fics ***
Entrenamiento para Juez Wyvern - ssap.mforos.com
Luego de la charla Sekiam cambio subitamente de actitud, estaba complacida por la situacion y muy comoda. Siempre quizo combatir con los mejores, las batallas la animaban mucho y aun cuando todas sus compañeras estaban ya rendidas por el arduo entrenameinto ella siempre queria mas. No era problema verse en la situacion de combatir y mas entusiasmo sentia al saber que ello le permitiria obtener su armadura que ni siquiera sabia como era. Asintio ante las palabras del joven y con una reverencia dijo que se prepararia. Al quedarse a solas con el anciano se despidio de el.
- bueno... muchas gracias, anciano - le hizo una reverencia - Ahora debo prepararme para mi encuentro... - Me quedare a ver tu pelea, jovencita, ve tranquila y descansa un poco. Sonriendo se marcho a ver un lugar donde acentarse. Su largo viaje habia terminado luego de tan arduo viaje. No se sentia cansada de todas maneras, asi que vago un buen rato por las ruinas de un lado a otro hasta que se apoyo en un muro para desatar su trenza. Mientras la hacia de nuevo reflexionaba por lo acontecido. Habia pasado mucho en tan poco tiempo, ahora ya se encontraba verdaderamente cerca de su objetivo. Luego vio que aquella casa donde se apoyaba estaba en buen estado y no muy lejos del coliseo, asi decidio quedarse alli. Despues de impeccionar el lugar y refrescarse se acomodo en una habitacion descansando su cuerpo en una cama. Sin darse cuenta se durmio profundamente, tuvo un sueño muy agradable. Se presentaba en el coliseo pero afuera habia un hombre vestido con una armadura de alas enormes que le daba la espalda, Sekiam se sentia confiada y se acerco, pero cada paso que daba se sentia mas pequeña, como si volviera a ser una niña, hasta que llego a su lado y lo miro hacia arriba. Su rostro estaba oscurecido por el casco que llevaba puesto, pero se lo quito y tomo la mano de Sekiam para luego arrodillarse a su lado. La miro con sus ojos castaño clarisimos y la amazona lo abrazo como a un padre. - Desde ahora seras conocida como la Juez de Wyvern, pequeña Sekiam - le dijo el hombre y luego todo se volvio negro haciendo que la amazona se despertara... - la batalla!, cuanto tiempo ha pasado? - se sentia perdida y se apresuro al coliseo. Llego al lugar indicado luego de aquel grato descanso. Se sentia satisfecha, finalmente conocia la armadura que portaria muy pronto. Se presento ante el joven y el anciano que se encontraban comodamente sentados. - estoy lista, quien sera mi oponente?!
Llegado el día del combate se presentaba la joven aspirante al enorme Coliseo donde ancestrales batallas se habían llevado a cabo y muchas vidas se habían perdido en el intento por convertirse en caballeros, pero donde tambien muchos otros habian resultado triufadores.
Era ahi donde le esperaban no solo el anciano que hasta ahora habia servido a la joven como guia, sino tambien se podia setir un poderoso cosm a su lado, mas sin embargo este permanecia oculto en aquella sombra proyectada detras de una columna, mientras esperaba sereno la justa indicacion d su presencia.
Viendo el anciano que la joven se situaba en la arena de combate,viro la cabez, apenas un leve movimiento, pero lo necesario como para hacer que aquel poseedor del cosmo se desplazara a combate.
Tomo tan solo un parpadeo y aquella figura se materializaba frente a la joven en la arena, acompañado de una gracil y placida ventizca que con ella arrastraba en sus andares a centenar de petalos rojos de rosa que perfumaban el lugar y cubrian la arena.
La joven cubria sus ojos debido a la rafaga y en ese momento, al abrirlos, justo ahi, se dio cuenta que su adversario habia llegado.
Se trataba de un hombre con un porte gallardo y orgulloso, poseedor de un rostro con una belleza admirable,pero tambien conocido como uno de los mas fieros guerreros del lugar.
-- Apenas tan solo una chiquilla eh! anda "venerable anciano" no sera acaso que te has equivocado esta vez en tu desicion? --- cuestionaba el recien llegado al anciano mientras notaba cierto disgusto en el rostro de la joven.
--- Vamos pequeña, no te lo tomes tan en serio -- decia el guerrero mientras tomaba del rostro de la joven con su mano izquierda y con la derecha deslizaba una rosa por sobre la sonrojada mejilla de esta.
--- Esto es para ti.... --- decia el joven mientras entregaba la rosa a la joven
--- Pemiteme presentarme, soy un santo a la orden de mi diosa Athena y fiel miembro del Clan Antiguo, soy el Caballero Dorado de Piscis, guardian de la doceava casa del Santuario y hoy.. sere tu contrincante --- decía el santo mientras de un salto se posicianaba por encima del joven y la rodeaba hasta situarse justo detras de ella guardando distancia en posicion de ataque.
La amazona observa su oponente dorado y su ansia por vencerlo se incrementa, que mejor contrincante que un dorado, medir su fuerza con un caballero envestido con una armadura. Toma la rosa mostrando su cara seria de siempre y da un salto hacia atras tomando posision de ataque. - interesante presentacion... no soy cualquiera y te lo demostrare... La rosa en su mano es envuelta en llamas purpuras que la desintegran. Entonces adopto una postura estatica, levantando su mano derecha formo una esfera de energia que estallo en cientos de rayos que arrasan con todo a su paso - Onda Expansiva!!
Una onda expansiva de tremendo poder era liberada de manos de la joven y amenazaban con arrasar todo a su paso, el Caballero Dorado tan solo miraba sin embargo aquella rosa calcinada y el golpe le impactaba de frente sin apenas hacerle retroceder.
--- Uhm, con que asi sera eh! bien... supongo qe a una mujer no hay qe tocarla con el petalo de una rosa cierto? pero qe tal con miles de ellos? ---
El Caballero de Piscis emanaba su cosmoenergia y un suave movimiento de su mano disipo por el aire una tempestad de rosas rojas cargadas con el veneno mas peligroso conocido por el hombre
El perfume mortal contenido en las rosas pronto impregno la arena de duelo y las rosas se dirigian hacia la joven aprendiz
La amazona no se impresiona por el ataque y este le impacta con fuerza, pero lo recibe complacida, es su premera experiencia contra un caballero real, uno que porta una reluciente armadura.Una leve sonrisa se le dibuja como si saboreara aquel momento y sin decir una palabra como era habitual en todas sus batallas de entrenamiento, se lanzo con un nuevo ataque. - Gran Precaución !!! Extendiendo su mano derecha hacia el enemigo mostrando la palma libero una explosion de luz purpura inmensa y arrolladora. Pero junto a esto emitio un rugido feroz que le permitio dar un daño mayor por la explosion de su cosmos en un ataque.
La tecnica de Sekiam era impresionante, no solo habia liberado un golpe tremendocon su Gran Precaución, sino qe tambien habia lanzado una impresionante ola destructiva que se dirigia de lleno al Dorado, quien sin tiempo alguno para defenderse fue impactado y fue lanzado varios metros atras.
Cuando la rafaga de Sekiam concluyo, el dorado se encontraba con una rodilla en el suelo mientras un tanto de sangre escurria de por su cabeza y exclamo.
--- Impresionante en verdad! Debo admitir qe eres fuerte! lamentablemente tambien debo admitir qe tus ataques aunque efectivos, son un tanto desaliñados, no pareces pensarlos mucho y te lanzas como una furia descarriada, tu rostro sin embargo nodemuestra emocion alguna y finjes esconderte tras un semblante de dureza, si qe me conmueves debo decir ---
La guerrera permanecia inmutada ante el comentario del caballero, si habria respuesta o o a su alegato seria cosa de ella, pero mientras tanto, el caballero se ponia de pie y limpiaba la sangre de su rostro, entonces se sonrio.
--- Hay algo de mi que debes saber, mi sangre.. jamas, jamas!! debe ser expuesta, y ahora descubriras el porque... ---
El Dorado elevaba su cosmo y pronto la sangre que habia sido derramada comenzo a cubrir el lugar, rodeandolo en una espesa neblina carmesi, la niebla se volvia cada vez mas espesa y pronto un dulce olor a sangre cubrio todo el coliseo.
El Caballero adoptaba una posicion elegante y se cubria el rostro con una mano, de pronto la mano bajo dejando descubierto su rostro y con ello una de las tecnicas naturales del Piscis
La joven parecia inmovilizada por el encanto natural de la tecnica de Piscis
--- Debes saber qe mi signo es portador del maximo estandar del belleza entre toda mi orden, pero no debe ser tomado a la ligera, pues es este encanto lo queme permitenublar la mente del adversario y tu has caido presa de el --- decia el santo mientras la neblina de sangre comenzo a rodearlo
La neblina pronto se volvio en un torrente sangriento qe giraba y rodeaba el cuerpo del dorado qien lo controlaba a su voluntad con su brazo derecho, su cosmo se hizo presente una vez mas y entonces el torrente se elevo al cielo, en ese entonces, se separo en miles de finas espinas afiladas cargadas del mas poderoso veneno contenido en la sangre del caballero.La lluvia de espinas caia cuesta abajo y parecia inminente el impacto directo a la guerrera quien no tenia idea del dolor que le esperaba.
Sekiam guada silencio, apenas fruncio el ceño levemente ante el comentario del caballero respecto a su semblante, pero ella siempre fue asi, dura, nadie mostro gentileza mas que su maestra a quien rara vez le vio el rostro que ocultaba bajo su mascara, quiza por eso la amazona muestra tal frialdad, ella tambien guardo por mucho tiempo su rostro.Al verse afectada por la mirada paralisante de piscis no pudo contraatacar, y la poderosa lluvia de espinas la daña sin poder escapar de ella.
La lluvia de sangre envenenada caia ferozmente sobre la joven aprendiz y el Caballero dorado se mantenia firme y veia como surtia efecto su tecnica mientras se preparaba para la siguiente
Su cosmo se concentro y en un rapido movimiento se disparo como un haz de luz directamente al cerebro de su oponente, el impacto seria un golpe psiquico capaz de proyectar su peor temor y convertirlo en llamas
Sekiam no puede contener el ataque de su oponente, la batalla se ha complicado para la amazona, se siente decaida ante la velocidad de la lucha.Entonces aparece frente a ella la sombra alada de Wyvern y le hace jurar lealtad a Hades, al aceptarlo sekiam se recupera en parte del daño recibido. Tras la recuperacion enciende todo su cosmos para emprender un nuevo ataque, levanta ambas manos y expulsa su poder en rayos purpuras - Ondas Infernales!
El Caballero mira atento la situacion que frente a el acontecia y entonces dijo:
--- puff! con que de esto se trata todo eh! un kyoto del meikai (Juez del Infierno), que semejante atrevimiento el tuyo haber invocado esa oscura alma ante mi fulgurante presencia---
Decia el caballero mientras la futuro espectro lanzaba su golpe hacia el dorado, pero este solo elevo el cosmo, el campo que estaba rodeado por petalos de rosas libero una espesa capa de rocio, como si la madrugara bañara con su fina agua los petalos de las mismas y pronto el lugar se nublo desapareciendo ahi la figura del Santo de Oro quedando fuera del ataque de la guerrera y evitandolo por completo
Esquivaba el disparo infernal que solo atraveso una cortina de niebla y el Caballero dijo
--- La onda Infernal eh! vaya si ese ataque me ha dejado desilusionado, he probado el mismo de un fiero y aguerrido Caballero de Oro y el tuyo no le llega ni a los talones, y aun asi conservas el semblante abstraido? vaya si resultaste solo una chiquilla jugando a crecer, permiteme mostrarte lo q le pasa a los niños qe creen poder jugar como adultos ---
El Caballero Dorado se mostraba luminoso y dispersaba la neblina para dejarse ver frente a la chica, en sus manos mostraba una rosa muy singular, incapaza de crecer naturalmente, pero perfeccionada por el arduo entrenamiento de este guerrero, era una rosa de petalos negros y sus espinas destellaban al sol como hojas de navaja afilada
-- Esta es una rosa negra, una rosa piraña y destruye todo a su paso ---Decia esto el Dorado y soltaba la rosa hacia SEkiam, la rosa se hacia acompañar entonces x varias cientos mas rosas negras y sus fieras espinas como diente se mostraban sedientas de sangre y hambrientas de carne
La amazona apenas habia logrado recuperarse gracias a su promesa de lealtad hacia Hades y era atacada nuevamente por el caballero dorado. Estaba en clara desventaja, por primera vez se entfrentaba aun oponente de este nivel, pero sabia que su destino era ser un Juez poderoso. Este seria su fin sin duda, la rosa le atravezaria el corazon si su sapuri protegiendola. No podia rendirse a pesar de ello, tendria que hacer estallar su cosmos como nunca antes. Se concentra al maximo rodeandose de la mas pura aura purpura que se elevaba como una llamarada enorme. Un cosmo diferente es invocado, su cosmos es reforzado por el gran Dios Hades que brinda proteccion a su Leal Juez , mientras unas alas enormes y purpuras de cosmos le nacen de su espalada para cubrirla como un capullo, impidiendo que la rosa llegara a su cuerpo deshaciendose frente a la amazona. Ella se mantiene de pie concentrada frente al dorado, en espera del momento justo para enviar su ultimo ataque. Elevando mi cosmos la sapuri de wyvern se refuerza por gracia del cosmos de Hades Sama. Despliego mis fabulosas alas y las utilizo para cubrime por completo como un gran escudo
El caballero dorado aprovechaba la breve pausa y con una suave viento que movia su cabello, su cuerpo fue envuelto en una cosmoenergia brillante y entonces su cuerpo que habia mostrado rasgos de fiero combate sanaba limpiando las heridas y se llevaba con el los rastros de la pelea.
El caballero se ha recuperado con sus energias, pero Sekiam estaba totalmente ausente de la situacion, concentrada con su cosmos al maximo y unas hermosa alas enormes purpuras de cosmos. Se mantenia en silencio y su rostro era sombrio mientras su cosmos brillaba intensamente encendido al maximo, como nunca antes, no le importaba quien era el enemigo, simplemente era alguien a quien debia ver caer, era una experiencia emocionante que jamas habia sentido y esto la abrumaba totalemnte aunque no lo demostrara. Extendio su mano hacia piscis y con su rostro sombrio expulso una gran explosion de energia con la forma del legendario Wyvern directo hacia su enemigo.
La guerrera atacaba una vez màs al santo, mas sin embargo este solo se limito a permanecer inmovil en su lugar, tan solo extendio su brazo hacia Sekiam y con la palma de su mano contuvo la tecnica mientras a sus pies el Jardin de rosas le brindaba proteccion desviando los efectos secundarios de la tecnica.
Recibia el golpe y se sacudia los restos del purpura cosmoslanzado, su mano mostraba signos de impacto, entre humo y sangre el dorado se miraba la misma y fruncia el ceño
Pronto el Jardin que hace poco habia salvado a Piscis de la tecnica de SEkiam soltaba al aire un viento de rosado color, este se dirigia rapidamente hacia la guerrera
Y fue ahi, una vez que la joven caia presa del perfume, sentia como sus movimientos eran frenados y sus sentidos se estaban desvaneciendo poco a poco quedando a merced del dorado
Y el Santo comento...
--- en algùn momento del combate debo admitir, que esperè un poco mas de ti, me he quedado sin embargo con un extraño sabor de boca, y no es que resienta el hecho de que mi belleza se exponga de tal manera en combate, no!... se trata del sencillo hecho de que esperaba un combate apasionante y este.. no ha resultado como hubiese querido, una lucha no consiste en solo atacar por que si, se trata de poner algo de ti en ello, y tu jovencita... me has demostrado la unica pasion que podria tener un bloque de metal, frio, solido y talvez hasta cuadrado, no dudo en ningùn momento de tu capacidad, no, pero aqui debo agregar, que mi objetivo jamas ha sido el ganarte este duelo, yo tan solo cumplo con un favor a un "viejo" amigo (levantando la mirada hacia el anciano que habia traido a la joven al Coliseo), y con esto me siento complacido con aquel camarada y mi labor aqui ha terminado, disculparas mi rudeza y mis avidas palabras, pero no tiene motivo el seguir con esto ---
Decìa el Caballero y entonces daba un fantastico salto en el aire en direccion al Palco principal del Coliseo donde el anciano esperaba, su dorada armadura acudio a el y lo cubrio con su reluciente brillo, mostraba un semblante serio y se colocaba junto al anciano, se mostraba sereno y esperaba el movimiento de su camarada.Piscis se había transportado de un salto a las gradas, al lado del joven que observaba atentamente el combate y del anciano que saltaba animando a la joven guerrera*. El joven guardián de las antiguas ruinas había observado todo el combate sin cambiar en lo más mínimo la impresión, en contraste con su longevo acompañante, que se había alegrado o sufrido por cada golpe dado en el combate. Por fin una ligera sonrisa afloro a su rostro, y, levantándose, coloco una mano sobre el hombre derecho de la armadura de piscis, que ahora cubría el cuerpo de su propietario, y le dedico unas palabras inaudibles para la joven amazona. Piscis asintió, y sin más se dirigió a las escaleras que suponían la salida de las gradas, aunque nunca llego a ellas, desapareciendo en el aire y dejando tras de sí un sencillo rastro de pétalos rosados. El joven, de un ligero salto, descendió a la arena y se encamino al lugar donde se encontraba la amazona, que debido a la última técnica de Piscis no podía ni siquiera mirarle. El anciano, viendo que el joven se le estaba adelantando se apresuro a la salida de las gradas, para llegar a la arena por sus propios medios y felicitar a la amazona. Para cuando alcanzo a los otros dos ocupantes de la arena, el joven acababa de llegar junto a Sekiam. La joven seguía sin poder verle, puesto que se había acercado por un lateral, al igual que el viejo que ahora se encontraba ante ella felicitándola por su victoria ante el dorado, sin embargo sentía que allí se encontraba. Cada paso que este daba en su dirección era como si el aire ejerciera mayor presión sobre ella, hasta que al final esta presión la desestabilizo y la hizo trastabillar hacia atrás. Sekiam se puso en guardia, pensando que esto sería una nueva prueba a afrontar, hasta que, viendo la sonrisa en la cara del joven, se dio cuenta de que no tenía intención alguna de atacarla y relajo se postura. Al realizar esto se dio cuenta con asombro que ahora podía moverse con libertad. -Magnifico combate Sekiam, puedes estar orgullosa. Has luchado contra un dorado y salido victoriosa, y eso aun sin tener una armadura propia. Cierto es que el tampoco portaba la suya, y ha debido ceñirse a ciertas “pautas y normas”, sin embargo esa no resta merito a tu hazaña. -Respecto a las últimas palabras de Piscis. Bueno, no les hagas demasiado caso. Creo que ha olvidado que cada cual lucha a su manera, unos con pasión y otros controlando al máximo sus sentimientos. Y todas las maneras tienen sus ventajas y sus inconvenientes.- Y tras decir esto el joven se dio la vuelta encaminándose a la salida, sin dejar de hablar.- Además, no sé por qué motivo los espectros de Hades siempre os alineáis en ambos extremos, no tenéis punto medio. Siempre sois unos guerreros sin sentimientos o unos animales guiados en extremo por vuestra furia. En fin… qué más da, cada cual es como es. Al salir del coliseo Sekiam se dio cuenta al final de lo largo que había sido su combate. ¡El sol ya se había puesto y su luz comenzaba a desaparecer del cielo, dejando en su lugar la de las estrella!. Sin lugar a dudas en el coliseo ocurría lo mismo, pero el combate y los hechos posteriores le habían robado la atención hasta tal punto que no se había percatado. Siguiendo los pasos del joven (y al fin en su exclusiva compañía, pues al anciano parecía haber desaparecido en algún momento a la salida del anfiteatro), ambos se dirigieron a una de las casa en ruinas cercanas a la entrada del imponente edificio que acababan de abandonar. Cuando al fin se encontraron ante ella, y la escasa luz le permitió visualizarla mejor, se dio cuenta de que debía ser la vivienda menos dañada del todas las ruinas. Su fachada estaba en perfecto estado, y de hecho no recordaba haber visto una casa en tan buen estado en su anterior recorrido por las ruinas. Al entrar ambos en ella, la joven se dio cuenta de que si tenía una imperfección, le faltaba totalmente el techo, mostrando ahora ya las incipientes estrellas. Al tomar asiento sobre una simple manta que había sobre el suelo (pues las 3 mantas que había extendidas en el suelo eran el único mobiliario de la estancia), el joven le indico con un simple gesto que podía imitarlo, y comenzó a hablar de nuevo. -Bien, te dije que si pasabas la prueba del coliseo te ayudaría a conseguir tu armadura, así que supongo que tendré que cumplir mi palabra. Al oír estas palabras Sekiam se sintió más cerca de la armadura que nunca antes, y por fin se relajo sobre la alfombra, como si ya hubiese alcanzado su destino y pudiera al fin descansar. Sin embargo, al momento se dio cuenta de donde estaba y con quien estaba y se volvió a poner en guardia. Seguía sin confiar en el joven, mas aun desde que había sentido la extraña fuerza que en el coliseo la había librado de la técnica de Piscis. Algo en su interior le decía que no era lo que aparentaba, y eso la intrigaba. Pero otra fuerza en su interior la impulsaba contra él, la impelía a atacarle como si fuera un rival, como si le hubiese hecho algo terrible en el pasado. Sin embargo ahora parecía que iba a ayudarle así que se limito a preguntarle cuándo comenzaría el entrenamiento, ella se sentía capaz de comenzarlo en ese mismo momento, sin importar la hora que fuese. -Espera un momento. ¿Entrenamiento?. ¿Quién te ha dicho que yo te vaya a entrenar?. Yo te dije que te ayudaría a conseguir la armadura que quisieras, no a entrenar para ser digna de portarla. Además en el combate a quedado claro que ya sabes los fundamentos básicos. Sabes usar bien tu cosmos, manejarlo tanto para el ataque como para la defensa, aunque andes algo verde en el resto, pero bueno, eso mejorara con la práctica.
-Lo que yo voy a ayudarte es a encontrar tu armadura, que si no me equivoco será la del tercer juez den infierno, Wyvern, ¿no es cierto?. -Bien. Veamos a ver. Como ya sabrás, las armaduras son conocidas de dos maneras, ya sea por lo que simbolizan, o por el héroe inicial que por sus esfuerzos mereció que una armadura fuera creada para él. Las armaduras están unidas a sus dueños, los caballeros y amazonas que las visten, pero más que a ninguno a su portador inicial, el que fuera responsable de su creación. Cuando uno de sus nuevos portadores muere o pierde la confianza de la armadura o de su dios, la armadura lo abandona y regresa a su lugar de descanso, que está atado al lugar de descanso de su primer portador. En tu caso, su primer portador fue, como ya sabrás, el héroe Radamantis, uno de los hijos que el señor del Olimpo tuvo con la princesa Europa, junto con Sarpedon y Minos. -Radamantis vivió durante mucho tiempo gobernando Creta, de modo que ese sería un buen lugar para comenzar la búsqueda, sin embargo fue expulsado de allí por su hermano Minos, que usurpo su lugar en el trono. Radamantis se traslado entonces a Beocia, donde se caso, y de nuevo, debido a su profundo sentido de la justicia llego a ser rey, en este caso de la ciudad helénica de Tebas, en la cual murió… y aquí es donde la cosa se complica. En el año 335 a.C. la ciudad de Tebas se sublevó contra Alejandro Magno, que solo les dio una oportunidad de rendirse antes de atacarla. Los habitantes de la ciudad no se rindieron, y el macedonio extermino completamente la ciudad, matando o capturando a todos sus habitantes y dejando solo un solo edificio en pie, la casa del poeta Píndaro. Durante 20 años, la ciudad permaneció abandonada hasta que en el año 315 a.C. fue refundada… sin embargo no lo fue en su misma ubicación inicial. -Quizás lo mejor que podrías hacer es dirigirte a la actual ciudad de Thiva. Esta se alza sobre parte de la antigua Tebas. En las cercanías encontraras las excavaciones de las antiguas ruinas… y puede que también zonas que aun no han sido descubiertas. Supongo que si de verdad estas destinada a portar la armadura, ésta te ayudara a encontrarla. Sekiam lo miraba fijamente. No se había perdido ni una sola palabra de todo lo que le había dicho, ni un solo dato de todo el torrente de información que acababa de recibir, y ya estaba pensando en cómo encontraría la armadura. Conocía la ciudad de Thiva, de hecho había pasado por ella en su periplo desde el santuario a las antiguas ruinas, y se encontraba cerca, a poco más de 150 kilómetros al sur, quizás 200 con el rodeo que había que dar para esquivar en mar. No podía creer que la armadura se encontrara tan cerca. Estaba ansiosa por partir. -Bueno, y dicho esto, todo queda en tus manos. Lo mejor que puedes hacer ahora es ir a la casa que hayas elegido como vivienda temporal y descansar hasta mañana. Puede que no te hayas dado cuenta, pero el combate contra Piscis te ha desgastado bastante y necesitaras ese descanso. Duerme y parte por la mañana… y si tienes suerte, vuelve con la armadura a tu espalda.
Aun en las Antiguas Ruinas... Sekiam se retiro hacia su refugio donde descansaria por aquella noche, camino un poco perdida por entre las ruinas, le molestaba mucho lo que Piscis habia dicho y ese ultimo ataque tan innecesario, ella seria una jueza, debia tratarle con mas respeto. estaba enojada caminado sola hasta llegar al lugar. Al acostarse cayo bajo un sueño profundo, estaba agotada, pero era un cansancio que iba mas alla de la batalla, era mas bien por todo lo que habia pasado hasta ahora desde su escape del santuario. Al amanecer ya estaba preparada para emprender su nuevo viaje, pero todavia le daba vuelta a aquellas frases. - que tiene de malo ser seria, inexpresiva o lo que sea, no entiendo de que hablan, esas cosas no tienen importancia... pasion en la lucha? eso no sirve de nada, todo lo que vale es el poder, por años he usado una mascara como mi maestra, por la expresion de mi rostro no ganare, es mas por este rostro femenino podrian subestimarme e incluso faltarme al respeto como ese piscis, a un hombre no le habria dicho lo mismo... Poco a poco dejo estos pensamientos atras mientras se dirigia velozmente hacia las tierras de Tebas. Mas ruinas en su camino, pensaba ella, pero esta vez su objetivo estaba a la mano, seria sencillo, al llegar alli su armadura la reconoceria e inmediatamente acudiaria asu encuentro poniendo fin a toda esta aventura. Con mucho animo recorrio todo el trayecto, ya podia sentir que portaba la hermosa sapuri de Wyvern. Su llegada a Tebas... Luego de descansar un poco en el camino llego finalmente a lugar y sin mirar a la concurrida Thivas fue directo a las ruinas y se quedo alli a pasar la noche pues se habia hecho tarde. Por la mañana expandio su cosmos por todo el lugar esperando que la armadura la sintiese y fuera su encuentro como tenia pensado, pero no fue asi. Entonces creyo que deberia buscar algun indicio por las ruinas, ahora estaba en cero nuevamente, sin mas pistas. En aquel lugar encontro a un sujeto sentado en unas rocas, elegantemente vestido y con una gabardina negra que se mecia con el viento. Ella penso que seria algun turista o algo asi, pero al acercarse este le hablo. - asi que finalmente has llegado, una joven, no me lo esperaba... despues de tantos años, has crecido mucho... - quien es usted? - su rostro le parecia familiar pero no estaba segura. El hombre se levanto y la miro frente a frente, era un hombre maduro con su cabello largo y rubio claro. entonces se dio cuenta del parecido con el hombre que habia soñado, aquel de la armadura, que portaba la sapuri wyvern y esto la impresiono notoriamente. - no, no soy yo... seguro mi ancestro se mostro ante ti en algun sueño, pero solo es el parecido. Sekiam estaba confundida, no sabia que intenciones tenia este tipo ni la razon de su presencia en ese lugar. Su parecido era impresionante, pero mucho mayor, no sabia si creerle. - bien, te lo dire, por muchos años he esperado este momento... - Se quito la gabardina y la dejo a un lado - yo soy Rades, descendiente del legendario radamantis... - y por que no eres tu el nuevo wyvern? - le interrumpio ella mientras el sujeto se quitaba su chaqueta fina y arremangaba su camisa. - que impertinente eres - la miro con sus ojos claros intimidantes y ella retrocedio un poco - La nueva guerra comienza ahora, ya es tarde para mi, estaba preparado como cada generacion, pero mi ancestro a traves de un sueño me dijo que no seria el siguiente, ya habia alguien que habia nacido bajo la estrella de Wyvern y este seria el nuevo caballero. - acaso piensa luchar contra mi?, le aseguro que estoy preparada y no me guardare mis poderoso ataques. - justo se trata de eso niña, veamos si mereces la armadura... Entonces el sujeto se presipito velozmente contra Sekiam intentado un golpe en el estomago, pero la amazona se puso seria inmediatamente y lo esquivo, asi que el sujeto quizo golpearle el rostro a lo que la amazona puso su mano tomandole el puño. - relampago del infierno... - susurro, generando un potente golpe electrico de rayos purpuras que lanzaron al hombre lejos de ella. - ey, veo que dominas algunos poderes - dijo este moviendo su mano. - ya se lo dije, no me guardare mis ataques mas poderosos La guerrera prepara uno de sus mas fuertes ataques solo extendiendo su mano, ya lo habia hecho antes, era la "gran precacion", pero su adversario lo vio venir y se apresuro a moverse saliendo de la vista de la amazona. Entonces en apenas un segundo al volver a mirar una enorme esfera de energia purpura se iba contra ella. Concentro su cosmos y unas enormes alas le aparecieron impulsandose rapidamente lejos del peligro. - eso si me impresiona, pequeña, has concentrado tu cosmos como si tuvieras puesta la armadura de Wyvern -dijo satisfecho el sujeto. El tipo volvio a acomodarse las mangas abotonandolas, fue hacia su chaqueta sobre unos pilares y la sacudio un poco. - que?! eso sera todo? - la amazona no estaba conforme y concentro en su mano una pequeña esfera de energia, pero nuevamente la mirada del tipo la congelo por completo... - es suficiente, veo que antes de venir aqui tuviste algun tipo de entrenamiento... - asi es yo... - no digas mas, vamos de una vez, por el camino me cuentas. El hombre tomo luego su gabardina y camino entre las ruinas, la amazona lo siguio algo dudosa y un poco avergonzada por la situacion, pero se apresuro hasta llegar justo detras de el. Mas tarde llegaron a la calle donde una limosina los esperaba, el hombre la invito a subirse y ella acepto. En Thiva... Recorrieron las calles de la ciudad hasta llegar a una casa muy elegante con un jardin hermoso en la entrada y ambos entraron. El señor Rades pidio que prepararan el baño para la joven y unos sirvientes la condujeron alli. Luego de una ducha relajante noto que no tenia ropa para ponerse, solo un vestido muy fino le habian dejado, asi que tuvo que ponerselo aunque no le agradaba nada la idea. Dejo su cabello suelto y un sirviente la llevo hasta el salon donde sirvieron la comida y Rades la esperaba. - Te quedaras aqui, esta es tu casa ahora, la antigua casa que ha pasado de generacion en generacion... Sekiam no dijo palabra solo se sento a la mesa y disfruto de la comida. Mas tarde recordo a que habia venido a Thiva y se animo a preguntarle. - Usted tiene la armadura de Wyvern?
- Vaya, te habias tardado en preguntar
- Es que... la comida esta deliciosa... - se sonrojo un poco, nunca se habia sentido tan comoda y eso era extraño.
- Lamento decirte que no la tengo, de hecho si la tenia, pero cierto dia simplemente desaparecio, seguramente fue el dia que naciste...
- Aun no entiendo porque usted no es el siguiente Wyvern, es decir, podria ser por su... edad - termino susurrando la oracion.
- Nada de eso, como crees... - no parecia muy molesto - Simplemente para ser el Juez Wyvern debes nacer para ello, asi cuando tu naciste la armadura se fue de aqui para naturalmente reestructurarse. Sekiam se quedo mirandolo, no sabia a que se referia con eso. - Es simple, tu eres una mujer, por lo tanto la armadura debe adecuarse a tu figura y para ello es seguro que se dirigio a algun lugar profundo, lo mas probable es que se encuentre en el rio Onquestos, muy cercano a este lugar... - Y... usted no ha ido a buscarla?
- Claro que no, eso debes hacerlo tu.
- Bien, ire despues de la comida... - No, iras cuando acabe tu entrenamiento... Rades le explico que el mismo se encargaria de mostrarle las tecnicas de Wyvern, aunque ella insistio que ya sabia usar su poder y que se lo habia demostrado, el joven Rades le dijo que no era suficiente, no cualquiera podria decir que es el juez de Wyvern y luego hacer el ridiculo en un combate, asi que se decidio en aquella comida que la amazona se quedaria alli y cumpliria su ultimo entrenamiento. No tardo en cumplir con todas las exigencias del señor Rades, Sekiam aprendio rapido pues ya tenia lecciones adelantadas y perfecciono todas sus tecnicas de ataque y defensa.
Asi que era hora de ir por su armadura al rio Onquestos. Se dirigio al rio ella sola y Rades espero en la mansion su regreso. Frente al rio la amazona se lanzo y nado lo mas profundo que pudo, pero no veia nada. Volvio a la superficie el aire no le alcanzaba para tal profundidad. Pero no podia dejarlo asi, aunque se le acabase el aire debia llegar a su armadura, despues de todo lo recorrido no podia rendirse y asi lo hizo. Nadando hasta lo mas profundo logro ver un brillo especial y fue hacia el, ya no tenia aire, pero encendio su cosmos al maximo entonces la armadura se separo en sus partes y la cubrio, ella extendio sus alas impulsandose fuera del agua como un rayo purpura y aterrizo en la orilla vestida con su esplendida sapuri de juez. Pero no regreso a la mansion fue directo a las antiguas ruinas, dejo una nota, que luego Rades leyo en donde explicaba que no regresaria. Rades guardo aquella nota, sabia que Sekiam volveria en algun momento, el ya habia hecho todo para ayudar a la nueva Wyvern y esto le complacia. Sekiam se apresuro y esta vez viajaba veloz como un rayo purpura imparable, al entrar nuevamente en aquel tunel de entrada a als ruinas arrazo con todo a su paso sin esfuerzo hasta salir de alli y se dirgio al coliseo, desde alli pudo recordar el camino hacia la casa del joven guardian de las Antiguas ruinas y se presento ante el con su ropaje de wyvern que le calzaba perfectamente a su figura femenina.
El sol acababa de salir, cuando una figura se interpuso en su camino proyectando su sombra sobra la fachada del edificio. El joven, mirando por el quicio de la puerta, observo la especial silueta de la figura que se hallaba ante su umbral. Las puntiagudas alas que sobresalían a los laterales, las protuberancias que a modo de cuernos se alzaban sobre la cabeza, o la larga cola que imitando una coleta nacía en la parte posterior de la cabeza. El joven sonrío, pues estaba claro quién se encontraba ante su morada, e inmediatamente después se pregunto por qué sus “alumnos” serian siempre tan serios y correctos. Una persona un poco más despreocupada habría realizado la misión igual, pero se habría presentado a su puerta a una hora más normal, por ejemplo después de desayunar, no al amanecer. Si embargo, fuese la hora que fuese, lo cierto era que se encontraba allí, esperando sin moverse y, estaba seguro a pesar de que el sol a su espalda solo lo permitía ver su silueta, con una sonrisa en la cara esperando con anticipación la reacción del joven. Éste, incorporo la parte superior del tronco, de modo que quedo sentado sobre la manta que segundos antes era su cama, y bostezando le hizo señas a la recién llegada para que pasara.
-Vaya, vaya, veo que por fin has conseguido la armadura, ¿eh?. Ya te ha costado, hace más de un mes que partiste. La nueva jueza, que se acababa de sentar ante su interlocutor, no supo cómo reaccionar. No eran esas exactamente las palabras que había esperado oír, y no se había preparado para afrontarlas. -Esto… yo… tuve que afrontar un nuevo entrenamiento y… El joven, que levantándose había traído un pequeño cuenco de mimbre con unas manzanas y unas peras en su interior, cogió una de estas últimas, le dio un mordisco, y dejándolo entre ambos tomo asiento de nuevo. -Jajajaja. No te preocupes, era una pequeña broma. Ya sé bien lo que has hecho.- dijo volviendo la mirada a la ventana que se hallaba justo al lado de la puerta. Instintivamente Sekiam miro también en esa dirección, pero no pudo ver nada más aparte de otras ruinas, el cielo, nubes, y un lejano pájaro volando.- Bien, viendo lo velozmente que has regresado, seguro que no has dormido, ni comido nada desde ayer. Porque no comes algo. Dicen que el desayuno es la comida más importante del día. Lo cierto es que si que tenía cierta hambre, no había comido nada desde la última cena que tomo en la mansión de Rades, y lo cierto es que su cuerpo se había hecho con mucha facilidad a la costumbre de comer a diario tan fantásticamente. Ahora su estomago le exigía su desayuno acostumbrado, aunque Sekiam no sabía si se conformaría con una simple pieza de fruta, que era lo que tenia ante ella. Aun así, mejor sería eso que nada, así que alargando la mano tomo una manzana roja del pequeño cuenco y le propino un mordisco. Quedo completamente sorprendida del magnífico sabor que tenia la pequeña pieza de fruta. Incluso en las lujosas comidas que había tomado estos últimos días habría costado encontrar algún bocado que igualara si quiera el sabor que ahora paladeaba. Casi sin darse cuenta acabo con la que había comenzado y dio cuenta de otras 3 manzanas y un par de peras. Mientras tanto, el joven se había levantado (dejando sobre la manta los restos de su tercera pera), y había ido a la habitación de al lado (si es que podía decirse que fuese otra habitación, ya que la única prueba que lo demostraba eran unos pequeños remanentes de la antigua pared que antaño las habría separado, que aun sobresalían de la fachada principal hacia el interior). Parte de la pared inferior del fondo de esta habitación se había derruido hacia tiempo, y dejaba pasar, justo por la esquina, una pequeña corriente de agua. El joven, inclinándose, hizo cazo con las manos para tomar el agua entre ellas y poder echársela por la cara. Tras repetir la operación un par de veces más consiguió que el frescor del líquido elemento le arrebatara por fin los últimos vestigios de sueño. Tras esto volvió junto a Sekiam, que por fin se había saciado y dejaba los restos de su sexta pieza de fruta. -Vaya, parece que no me había equivocado, tenias hambre, jejeje.
-Bueno, pues si por fin has conseguido tu armadura, ya solo nos queda hacer una última cosa. Vamos al anfiteatro. Sekiam se levanto y partió tras el joven. No sabía que podía faltar, ya tenía su armadura. El camino hasta el anfiteatro se le hizo corto. Lo acababa de realizar y ya lo comenzaba a conocer con bastante detalle. Al adentrarse en el edificio una sensación extraña comenzó a invadirla, no sabía a qué se debía, pero algo en su interior le decía que era lo correcto. Era una sensación extraña, pero también extrañamente adecuada. Al entrar a la arena el joven dirigió sus pasos directamente al centro. Sekiam le seguía de cerca, pero dirigiendo su mirada a las vacías gradas. Por más que miraba no veía más que asientos vacios, pero sentía varias presencias repartidas por todo el coliseo. Incluso durante una decima de segundo la pareció ver en un asiento al caballero de Piscis, pero en el parpadeo siguiente ya no estaba. Una vez llego al centro de la arena el joven se volvió de cara a ella, de modo que se detuvo, para comprobar anonadada como el sapuri abandonaba su cuerpo para tomar a su lado la forma del Wyvern.
-Sekiam, para tratar de conseguir tu armadura buscaste este lugar, las legendarias antiguas ruinas. Pese a las pocas posibilidades conseguiste llegar hasta aquí. Superaste todas las pruebas que te fueron impuestas, y ahora, has regresado con el símbolo más evidente de que ya eres una amazona. Has cumplido con todo lo necesario para poder entrar a formar parte de la antigua orden de caballeros, de modo que ya solo me queda una cosa que decirte… Levantando la mano derecha el joven la poso sombre el hombro de la amazona y agrego el himno de los caballeros de la antigua orden.
-De hermano a hermana. Tuyo en vida y muerte. Y añadiendo simplemente un pequeño apretón de la mano en el hombro, el joven se encamino a la salida, mientras la joven oía a modo de eco como la frase que acababa de oír se repetía una y otra vez con diferentes tonos desde diferentes puntos de las vacías gradas. El clan antiguo le estaba dando la bienvenida.
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El combate resulto a mi favor por 0,5 de diferencia, cosa extraña en las batallas de entrenamiento donde la inexperiencia te hace caer en poca concentracion o simples descuidos, yo ya tenia cierta experiencia y un poco de suerte me ayudo a salir victoriosa por un pelo de rana calva (XD). En letras color amarillo mi oponente Piscis-Poisson, no era muy regular del foro, de hecho lo vi esa vez y en el año y algo que estuve lo habre visto 3 veces. Fue una buena pelea pues aprendi mucho, aunque el final que le dio Piscis-Poisson al combate no me gusto, supongo que se sintio algo ofendido tras la derrota y no quizo quedar tan mal, en todo caso no habria roleado jactarme del triunfo, si se fijan entre el post final de mi oponente y la intervencion de Raistlin no me dieron pie para escribir mi respuesta ante el resultado de la batalla, la cual hubiera sido sobria como mi personaje, pero ps igual quedo en la historia de los novatos que le ganaron al otro en su entreno XDDD Por otro lado el entreno acababa al finalizar la batalla pero Rais quizo seguirle el roleo y tuve que inventarme lo de Rades y la armadura, lo cual fue bueno pues siempre que Rais decia ser mi maestro en el foro yo decia que no (XD), pues Rades me habia entrenado como wyvern asi que siempre fue un tema divertido el negarlo como mi maestro. Este fue el foro donde estuve mas tiempo y luego de ser Wyvern por mucho tiempo me sali para luego regresar como Polaris, pero esa es otra historia xD
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